La corona dental es una de las prótesis dentales fijas más habituales en los tratamientos de reparación y sustitución. Gracias a esta prótesis dental es posible corregir de una forma muy notable la forma de los dientes, su apariencia y su resistencia ante las agresiones externas.
La corona dental cumple funciones que van más allá de mejorar la estética dental del paciente, tales como la función masticatoria o preservación de la estructura dental remanente entre otros.
Debemos tener en cuenta que cuando un paciente se somete a un implante o colocación de coronas dentales debe tomar ciertas precauciones para garantizar su correcto funcionamiento y conservación. Por ejemplo, deberá reducir el consumo de alimentos pegajosos pues pueden alterar la disposición y desestabilizar la estructura. Tomar este tipo de precauciones resulta imprescindible para poder garantizar una mejora estética y la conservación de la misma.
¿Cómo funciona el procedimiento de las coronas dentales?
Las coronas dentales se colocan a partir de un método bastante sencillo. Debes tener en cuenta que este tipo de piezas no sustituyen totalmente al diente original. Al contrario se colocan sobre el diente natural actuando como una barrera resistente ante todo tipo de agresiones y mejorando la apariencia de la dentadura. Para que el resultado sea una emulación precisa del diente natural, es necesario trabajar la pieza original para reducir su tamaño y que de este modo se pueda insertar la funda.
Es necesario trabajar con moldes precisos de la dentadura del paciente para a continuación crear las fundas en el laboratorio. Después de que se hayan fabricado las fundas se unirán de una forma muy resistente a la dentadura del paciente.